Soy anósmica congénita, es decir, nací sin sentido del olfato, y hasta el día de hoy, a mis 23 años, nunca he percibido un olor en mi vida. Crecí sin referentes al respecto, es un tema totalmente invisibilizado, a lo largo de mi vida sólo me he encontrado con una persona en mi misma situación.
Es por esto que para mi Proyecto de Título decidí trabajar con un tema tan relevante, tanto a nivel personal como social y cultural: el sentido del olfato.
El olfato, el primer sentido humano en existir, el más sensible, complejo y subjetivo, es, actualmente, el más invisibilizado, y del que menos se tienen investigaciones o estudios.
Un sentido con un potencial inconmensurable, pero que, en una sociedad predominada por las pantallas y los ruidos, pasó a segundo plano, e incluso a ser considerado el más prescindible de los cinco.
Si de por sí ya es el sentido menos considerado, los trastornos asociados a él son casi invisibles. Trastornos como la anosmia —la ausencia del sentido del olfato— son altamente desconocidos, y aquellos que los padecen se ven inmersos en una sociedad que no comprende su condición, sintiéndose aislados y vulnerables.
Lemuria es un proyecto que busca revalorizar el sentido del olfato, a través de la conversación, trivias y retos relacionadas al mundo olfativo, y visibilizar los trastornos derivados de él, siendo un referente para todas aquellas personas que los padecen.
A través del juego, en un ambiente social grato y seguro, el transformarse en narices designadas será un reto entretenido, poniendo a prueba nuestra creatividad y explotando todos nuestros sentidos. Luego de jugar a Lemuria, los aromas que te rodean parecerán más interesantes, con nuevas connotaciones flotando alrededor de ellos.
Instructivo de juego
Versión final a presentar para defensa de Título
Diseño de cartas
Tráiler de Lemuria
Este proyecto fue realizado durante el año 2022, en el marco de los cursos Seminario de Título y Proyecto de Título dictados por Cristián González y Valentina Pizarro, para optar al título de Diseñadora, en la Universidad Diego Portales. Luego de defender el proyecto en diciembre del mismo año, fui calificada con distinción máxima.